Despierta e inteligente, Amy admira a su padre sobre todas las cosas. Aunque Frank Wild pase la mayor parte del año surcando los mares en busca de tesoros, de nada disfrutan más padre e hija que de pasar juntos el tiempo que pueden. Al tiempo que persevera en su sueño de convertirse en arqueóloga marina y seguir los pasos de su padre, Amy se convertirá en unos de los adalides de la labor de Wild ante la opinión pública, defendiéndole a capa y espada ante los medios y ante quien haga falta. Más unida que nunca a su padre, Amy confrontará por primera vez la verdadera naturaleza del que también es su héroe, descubriendo que, como todos los héroes, este también tiene sus luces y sombras.
